El asentamiento está representado, en la actualidad, a través de la ermita de San Isidro, un edificio del siglo XIX, que ha recogido la tradición religiosa del enclave. Hasta principios del siglo XVIII se le conocía bajo la denominaciónde Santa Catalina.
La ermita de Santa Lucía marca la entidad de la agrupación. Es un edificio sencillo y tiene planta rectangular. El acceso es en arco apuntado, con una cruz en la clave. Podría datarse en los siglos XV-XVI.
La gruta de San Elias, con la ermita construida en la entrada y sus tradiciones, es punto obligado de visita. A los pies se coloca un pilón de piedra que recoge las aguas del tejado de la ermita. Según la tradición tiene propiedades curativas y está especialmente recomendadaa quienes tienen problemasde esterilidad. Bajo la gran oquedad también se pueden ver los muros de lo que fue la casa de la serora.