Pequeño templo rural de planta de cruz latina, cubierta con bóvedas de cañón con lunetos. Acceso a los pies de la ermita a través de una portada adintelada barroca, sobre la que emerge una espadaña de un solo vano. Pórtico lateral con soportes de piedra de fuste cilíndrico y estructura de madera en la cubierta.
El caserío Artxubi junto a la carretera utiliza en la fachada varios fragmentos del escudo de los Reyes Católicos procedente del Monasterio de Bidaurreta.
En el barrio Olabarrieta de Oñati hubo desde el año 1679 una cruz de término tallada en piedra arenisca por un cantero llamado Domingo de Arabaolaza, según lo atestigua la inscripción inserta en su pedestal, una de las pocas piezas que se conservan de la cruz original.
Fue trasladada a su emplazamiento actual a principios de siglo, cambiándose también la advocación, ya que antes estaba dedicada a San Andrés. El retablo procede de una vieja ermita y fue realizado en el siglo XVI por Felipe de Borgoña y Andrés de Murguialday. Es de estilo plateresco inscribiéndose en el momento de eclosión artística que debió de vivir Oñati a propósito de la fundación de la Universidad.
Entre los edificios civiles se cita el caserío Altzibar Azpikoa, con sus escudetes circulares en la fachada.
Lezesarri se define en torno a la ermita de San Esteban, situada cerca de la ermita de Santa Lucía de Berezano. Tiene la entrada en forma de arco apuntado, protegida por un pórtico de madera. Se repite la cubierta de madera como viene siendo habitual en esta comarca. La construcción podría datarse en origen en el siglo XV, observándose, además, reformas importantes del XVI y del XIX.
Ubicada sobre un altozano desde el que se domina la villa de Oñati, esta casa-torre, hoy transformada en caserío, conserva unas características constructivas y morfológicas que permiten catalogarla como posiblemente la más antigua de las que conocemos en Guipúzcoa.
Tiene valor arquitectónico. Aquí se conserva la imagen de San Bartolomé, procedente de una ermita desaparecida.