El asentamiento se organiza en torno a la ermita de San Valerio, construida en el siglo XV para servir de sede a la Cofradía de mineros (venaqueros) que trabajaban en los filones de Udalaitz. La primera cita documentada de esta capilla es del año 1434.
En Gesalibar la dedicación rural ha sido dominante a lo largo de su historia, habiéndose mantenido varios caseríos en activo. Arruaga es uno de los de mayor valor arquitectónico.
En Gesalibar la dedicación rural ha sido dominante a lo largo de su historia, habiéndose mantenido varios caseríos en activo. Etxeberri es uno de los de mayor valor arquitectónico.
Eran varias las casas que tenían bañeras de madera para atender a los cada vez más numerosos bañistas. En 1825 don Ramón Mendía adquirió la heredad llamada “Metalsolo” y construyó una casa de baños con hospedería.
Ubicado en el barrio de Gesalibar, de Arrasate es un entorno ya antaño conocido por las cualidades medicinales de sus aguas sulfurosas y debido a la influencia de la concepción cultural ilustrada en favor de la higiene y la salud, se construye el Balneario de Santa Agueda en el año 1825.
Junto a la carretera que bordea los jardines del sanatorio, se sitúa la Iglesia de Santa Agueda, levantada a mediados del siglo XVI. En esta iglesia se puede obser¬var un retablo romanista interesante.
Son varios los manantiales de aguas sulfurosas o sulfídricas que brotan en el lugar, pero solo tres han sido captados y puestos en explotación. El más famoso es el llamado “del cura” por haber sido recogido a expensas del párroco don Ignacio de Gurrea en 1706.
Es otro caserío a tener en cuenta.
Ortu Zahar, muy cerca del paso señalado, es digno de tenerse en cuenta, sobre todo por el arco del portal.
El puente de Akiso, junto al caserío del mismo nombre, es otro de los elementos que condicionan el desarrollo de esta entidad. Se construyó en el siglo XVI, en sustitución de otro de madera, que cíclicamente era arrastrado por las ríadas.