No es un hecho aislado, ya que en la misma época y en el mismo ámbito geográfico, nacen diversas instituciones, por lo que se puede hablar de la implantación de la "Cultura de los Balnearios" en el País Vasco, desde el punto de vista medicinal y del reposo vacacional durante el siglo XIX. Un hecho histórico, el asesinato del presidente del Gobierno D. Antonio Cánovas del Castillo a manos de un anarquista, hace decaer rápidamente el esplendor del balnerio. Su reapertura la gestionan las Órdenes de las Hospitalarias de San Juan de Dios y de las Hermanas del Sagrado Corazón, con el fin que, como Centro Psiquiátrico, actualmente tiene.
El inmueble protegido se ciñe al edificio original del Balneario. Se trata de un gran pabellón prismático de planta baja y dos alturas, con la cubierta a dos aguas en la dirección longitudinal del mismo. Un cuerpo central en planta baja, que se adelanta respecto del plano de fachada, sirve de acceso al amplio vestíbulo que precede a la escalera de tipo imperial. La organización interior se estructura entorno al pasillo central que recorre longitudinalmente el inmueble, que sirve a los diversos espacios a izquierda y derecha. En la zona central de la planta primera y sobre el adelantamiento de la planta baja, se conforma una hermosa terraza que, sin duda, sirvió en su día de lugar de esparcimiento al aire libre para los internos. La planta segunda repite el esquema de la primera.
El sistema constructivo, sencillo y homogéneo, consiste en una estructura de dos crujías, dispuestas en el mismo sentido que el eje longitudinal del pabellón por medio de un muro de carga que, al igual que los perimetrales, también de carga, está construido a base de mampostería; esto permite la construcción de los forjados tendiendo transversalmente la solivería, de escuadrías de madera, de muro a muro. La planta baja de la fachada principal se ejecuta en sillería de piedra arenisca, formando una arcada continua a modo de galería.
La cubierta se construye a base de una serie de cerchas dispuestas transversalmente y apoyadas en los muros perimetrales; las cerchas están ejecutadas en escuadrías de madera y soportan correas y cabrios que sustentan una cobertura de enlatado y teja plana cerámica.
El estado de conservación del inmueble es bueno, ya que el uso al que se destina lo asegura, al efectuarse las reparaciones necesarias.
Tipológicamente, el edificio responde al tipo pabellón, propio de la tradición francesa y centroeuropea para los inmuebles ligados a usos sanitarios, que se construyen desde finales del siglo anterior. Se trata de un edificio con vocación de representatividad, no sólo por las galerías arqueadas al estilo italiano de la planta baja, que le dan un aire mas ligero, sino también por el avance del cuerpo central, que posibilita una hermosa balconada, y por el importante vestíbulo que en él se genera. Así, la escalera imperial encaja perfectamente en este espíritu.
Los frentes de fachada se componen de columnas verticales de huecos, que componen una serie de 1 + 9 en las alas y de 1 + 3 + 1 en el cuerpo central, que permiten una lectura mucho menos anodina que lo que un frente de fachada de 86 metros puede suponer. Concurren las carpinterías de huecos, principalmente en las arcadas de la planta baja, resueltas con cierta elegancia. Las divisiones compositivas verticales de las plantas altas se ejecutan por medio de pilastras jónicas, en planta primera, y corintias, en planta alta, con un juego referencial a los ordenes clásicos, pues no se puede olvidar que la época de su construcción responde a la de la vigencia del Neoclásico en nuestro País.
Los paños de fachada se encuentran revocados a la tirolesa y pintados de amarillo, estableciéndose un adecuado juego de colores con el blanco de las impostas y los recercos de huecos y, de todos ellos, con el color de la piedra arenisca de la planta baja y del blanco y azul pastel de las carpinterías de la misma.