De esa unión nació el famoso Valentín el 4 de febrero de 1827. Estaba emparentado con los nobles solares de Berrio (Elorrio), por línea paterna, y de Urruti (Antzuola, Gipuzkoa), por línea materna.
Su padre era carpintero, oficio que desempeñaba en la villa de Elorrio. El matrimonio, sin embrago, vivía en el barrio de Gaztañeta, a varios kilómetros de distancia. Así que, para evitar los constantes viajes terminaron por establecerse en el centro de Elorrio poco antes de nacer su hijo.
San Valentín compaginó la escuela con el taller de carpintería, donde aprendió el oficio de la mano de su padre. También ayudaba en el convento de Santa Ana, como monaguillo primero y como sacristán después. Y aún le quedaba tiempo para la música, la dantza y los partidos de pelota a mano.
La relación en aquellos años con el fraile dominico Mendoza, profesor de la escuela local, y un propicio ambiente familiar contribuyeron a que despertara en él una temprana vocación religiosa.
Siempre hubo mucha unión entre la madre y el hijo, incluso después de convertirse en cura.
Monica quería mucho a Uzarraga y por ello, llevó a Elorrio su pila bautismal, que hoy en día se puede encontrar en la biblioteca de Elorrio casi totalmente estropeada.