La ermita es un edificio sencillo del s. XVI, con planta de salón de una sola nave, provista de una bóveda de madera.
Frente al hórreo y caserío de Agirre, se encuentra, en un cerro de poca altura, el Palacio Aumategi. Es un edificio de gran belleza arquitectónica.
El caserío en su estado inicial, lo fue sin el pórtico situado en su fachada principal, junto al hórreo. Dicho adosado fue probablemente construido en el s. XVIII.
En este enclave se conserva el único hórreo de madera de Gipuzkoa. Permite reconocer una visión olvidada de la vida rural del país, en la que el almacenamiento de grano durante el invierno era una actividad tradicional.
Entorno a la ermita San Martín se sitúa un pequeño núcleo de caseríos, hoy en día la ermita está convertida en dos viviendas, aunque sigue conservando la estructura antigua. El edificio de la ermita, era y es de planta rectangular con tejado a dos aguas, muros de mampostería y esquinales de sillar.
Uribarri ocupa las tierras más feraces del valle de Ugaran. Entre sus dispersos caseríos dedicados con mimo de jardinero a los productos hortícolas, destacamos por lo que tiene de historia el de Ibarreta.
Martín Bañez de Artazubiaga poseía una ferrería en Ibarreta. Acababa de visitarla en compañía de su amigo y socio Juan Ibáñez de Barrutia en una tarde del mes de Mayo de 1464 cuando a la salida le esperaban cinco oñacinos de Aramaio, mandados por Juan Alonso, dispuestos a saldar viejas cuentas. Los dos mondragoneses gamboinos que habían escapado a la justicia del rey a raíz del incendio de la villa en 1448, caían asesinados sin piedad. Dos toscas cruces a la orilla de la carretera, frente a Ibarreta, nos recuerdan todavía este episodio. La viuda de Bañez de Artazubiaga, doña Sancha de Ozaeta, ardió en ira y lloró su soledad y la orfandad de sus hijos. Clamó venganza en unas trágicas endechas que, según costumbre de la época, cantó en los funerales de su marido:
"Oñetako lur jabill ikara
Lau aragiok beran bezala,
Martín Bañez Ibarretan ill dala...
Artuko dot esku batean gazia
Bestean suzi iraxegia
Erreko dot Aramayo guztia”
Traducción:
"Me tiembla la tierra bajo los pies
Como las carnes de las cuatro extremidades,
Pues ha muerto Martín Bañez en Ibarreta...
Tomaré en una mano un dardo
En la otra una hacha encendida
Quemaré toda Aramayona"
Sus clamores fueron oídos y los alcaldes de la Hermandad de la provincia dictaron sentencia de muerte contra los asesinos. De los cinco fueron presos dos y uno de ellos fue ejecutado en Mondragón, junto al puente de Kondekua y el otro en Bilbao.
La viuda testó para que se edificara una ermita en el lugar del crimen. Su hijo Martín Bañez cumplió la voluntad de sumadre, erigiendo la ermita en honor de Santa María de Areaza y de San Antonio Abad.
Se tienen noticias documentales de la existencia de esta iglesia desde el año 1353, fecha asociable cronológicamente con la portada principal de acceso en arco ligeramente apuntado con tres arquivoltas y dibujos geométricos en sus claves.
Se agrupa en otro sector cercano, alrededor de los caseríos Lerroaga y Dolosa. Erregenea, también se encuentra muy reformado, conservando el escudo familiar.
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