A pocos metros de la iglesia, se levanta el monumento conmemorativo, dedicado al poeta Fray Joaquín de Bedoña “Loramendi” (Juan Arana Ezpeleta).
El 2 de junio de 1935, Euskaltzaindia le rindió un merecido homenaje dedicándole con gran solemnidad un rústico monumento en el que figuraba una estela discoidal y la lacónica inscripción de sus datos personales en euskera.
Este recuerdo fue profanado a raíz de la última Guerra Civil española y varios vecinos tuvieron la piadosa ocurrencia de recoger la estela y guardarla en la cárcel de Aretxabaleta.
37 años más tarde, el 7 de junio de 1972 y ocupando el mismo sitio que el anterior, se erigió el actual monumento, en el que figura como motivo central, la primitiva estela discoidal.