El predominio de la roca caliza es muy notorio y, tanto el paisaje como las formas generadas, son algunos de los principales rasgos de la cordillera. La circulación de aguas subterráneas, por ejemplo, ha creado un extensa red de galerías. Así mismo, el patrimonio cultural que guarda el Parque Natural de Aizkorri-Aratz es muy reseñable.
No en vano hay posibilidad de conocer un centro relijioso de primer orden como es el caso del Santuario de Arantzazu, o monumentos megalíticos, e incluso antiguas estructuras relacionadas con el carboneo y el pastoreo. De cualquier forma, la amplitud del territorio evidencia la complejidad paisajística y la diversidad de sus uso.