Fue trasladada a su emplazamiento actual a principios de siglo, cambiándose también la advocación, ya que antes estaba dedicada a San Andrés. El retablo procede de una vieja ermita y fue realizado en el siglo XVI por Felipe de Borgoña y Andrés de Murguialday. Es de estilo plateresco inscribiéndose en el momento de eclosión artística que debió de vivir Oñati a propósito de la fundación de la Universidad.