Diversas circunstancias, acaecidas fundamentalmente en los últimos cincuenta años, dieron lugar a la desaparición progresiva de sus piezas hasta llegar al momento presente en el que únicamente se dispone del pedestal o plinto original y de restos no aprovechables de la cruz cimera.
Disponiéndose, sin embargo, de datos suficientes para reproducir su diseño, los vecinos del barrio, que habían realizado en “auzolan” diversos trabajos de mejora de accesos y urbanización, han promovido la reconstrucción de dicha cruz y su colocación en una plazoleta habilitada al efecto en las proximidades de su emplazamiento inicial.