Eguzkilorea (flor del cardo silvestre carlina acaulis) se coloca como ornamentación en las puertas de las casas y caseríos de Euskal Herria para evitar que los rayos caigan sobre la casa y ahuyentar a las brujas. Ya que existe la creencia de que éstas no podrían entrar en ella antes de haberle quitado todas las hojas a esta planta, o de contarlas todas, tarea en la que se les irá el tiempo y amanecerá, teniendo que volver a sus refugios subterráneos. En otras versiones, la mera visión de la eguzkilorea en la puerta del caserío les hacía creer que era el mismo sol y que ya despuntaba el alba por lo cual debían retirarse a sus cuevas.