Debido a su cercanía al casco viejo, configura un núcleo intermedio entre los dos conjuntos monumentales de mayor significado de la localidad (el Santuario de Dorleta y el núcleo urbano de Leintz-Gatzaga).
El conjunto está muy deteriorado, apreciándose restos de construcciones y depósitos en las cercanías de los manatiales. La mayoría pertenecen a la fábrica de sal, que trabajó desde el siglo XIX, y que fue abandonada por falta de rentabilidad.
La fábrica de sal está formada por dos naves de planta rectangular (12 m. x 6 m.), de una sola altura sin compartimentar pero con dos crujías, con muros de mampostería ordinaria vista y cubierta a dos aguas con teja curva y el caballete perpendicular a las fachadas más largas, en cada una de las crujías. Entre ambas naves se sobreeleva sobre la línea de cubiertas formando un frontón recto en cuyo lienzo se ha pintado la razón social de la empresa: "Productos de leniz S.L."
En este sector se mantienen también un par de caseríos, Dorla y Dorla Goikoa, así como la ermita de Santa Columba, recientemente restaurada.
Es el único ejemplo de importancia de producción salina en Gipuzkoa, sus antecedentes se remontan a la carta puebla de fundación de Salinas de Leniz en 1374, donde se menciona la producción salina. En 1485 pasó por venta a ser competencia de la villa pero no será hasta 1843 cuando se concentre la producción salina en una sola explotación, bajo la denominación "Productos Leniz. Fábrica de Sal". El capital social se dividió en ocho acciones llamadas "dorlas". Es a esta época a la que corresponden la mayor parte de los restos constructivos actuales ya que se incrementó la instalación con dos grandes calderas de hierro (calderas de fusión cuyos hogares se alimentaban de leña), presas, pequeños canales, profundización del pozo, ruedas hidraúlicas, etc. En la década de los años veinte se realizaron las últimas reformas relacionadas con la actividad salina, se instaló una motobomba para extraer agua del pozo y desde allí se enviaba el agua hasta unos depósitos situados en altura, desde donde caía al nuevo edificio de la fábrica donde estaban instaladas las máquinas que evaporaban directamente el agua (al edificio de la calderas de vapor) y donde también se instaló la central hidroeléctrica. Con posterioridad a la desaparición de la actividad salinera se estableció una fábrica de lejía "Productos de Leniz" que no tuvo excesivo éxito y finalmente los edificios fueron utilizados como almacenes municipales.
En la actualidad, el interesante conjunto industrial de origen medieval ha sido restaurado y reconvertido en EkoMuseo de Salinas de Leniz. Resume una actividad secular de producción de sal por medio de la evaporación del agua. Destaca la maquinaria restaurada.
