Existe la tradición de que los muros de esta iglesia fueron levantados utilizando las piedras del castillo medieval de Elosua, que según algunos autores fue una de las fortalezas entregadas el año 1200 al rey de Castilla Alfonso VIII.
Sin embargo, el templo que hoy podemos contemplar responde por sus características a una construcción erigida en el siglo XVI, con transformaciones posteriores en los siglos siguientes. Las obras de reconstrucción se iniciarían probablemente a raíz de su declaración como parroquia, en el año 1546.
Por su posición estratégica, es posible que haya sufrido graves daños como consecuencia de las guerras. Se tienen noticias, por ejemplo, de que sirvió de cuartel a los franceses en el año 1795.
Hace pocos años la iglesia se vio sometida a una serie de importantes reformas, realizadas por el vecindario con la mejor buena voluntad, pero que han supuesto entre otras cosas, la desaparición del coro y el desmantelamiento de los altares laterales.
Es una iglesia de planta de salón con una sola nave de dos tramos y ábside recto.
El primer tramo de la nave se cubre con bóvedas de medio cañón con lunetos y el segundo con bóveda de arista, ambas son de madera y se apoyan en arcos fajones de medio punto que descargan en ménsulas.
El altar mayor aparece enmarcado por un arco de medio punto. El retablo es barroco, y en él ocupa lugar preferente una imagen de San Andrés.
Se accede al templo a través de un gran atrio cerrado con estructura de madera y pavimento de losas de piedra.
La torre, situada a los pies de la iglesia, se remata con un campanario barroco.