En una época, se cruzaban varios trayectos ferroviarios: por una parte, el que se dirigía a Zumarraga, y por otra, el que a través de Vitoria-Gasteiz, llegaba hasta Lizarra. Ha sido un lugar estratégico en las comunicaciones por ferrocarril de vía estrecha. Este carácter de encrucijada se conoce desde la Edad Media.